jueves, 21 de marzo de 2013

" Anna karenina" el peso de la culpa

Cuando fui a ver "Anna karenina" iba con bastante desconfianza, las comparaciones que se habían hecho con "moulin rouge" y el haber escrito el guión un autor de teatro como Tom Stoppard, me hacían temer una película grandilocuente, excesiva y de estilo demasiado teatral. Sin embargo me ha gustado mucho y me ha parecido una película, que aunque es irregular y tiene una última media hora demasiado lenta, es arriesgada, original y está magníficamente interpretada.
Keira knightley vuelve a interpretar una mujer inconformista, valiente y apasionada ( como le gustan los vestidos de época y sufrir por amor en sus peliculas a esta chica !!!! ) que lucha contra los encorsetados y asfixiantes convencionalismos de su época, decidiendo seguir a su corazón en contra de la razón y del que dirán ( como ocurría en " la duquesa", " orgullo y prejuicio" o "un método muy peligroso " ) en un personaje que ya antes interpretaron grandes actrices como Greta Garbo o Vivien leight, siendo su apasionada , conmovedora y desbordante interpretación lo mejor de la función. Junto al gran trabajo de Knightley ( injustamente olvidada en las nominaciones a los oscars) hay que aplaudir el innovador y valiente trabajo de su director, que en lugar de hacer la típica cinta de época muy academicista y convencional , apuesta por una adaptación ágil, arrolladora por momentos y por una puesta en escena de teatro con los decorados moviéndose a espaldas de los actores y éstos a su vez por un escenario, que se alternan con espacios abiertos . El director demuestra ser un cineasta imaginativo y de talento en numerosos momentos ( la espléndida secuencia del baile inicial en Moscú , la elipsis del tren del niño enlazando con el viaje en tren de Anna a Moscú , la escena de la nevada sobre Jude Law ...) y el guión de Stoppard es conciso y reflexiona sobre temas universales como la culpa, los celos, el matrimonio o la infidelidad, logrando involucrar al espectador en la historia.Si a todo ello se le rodea de unos impresionantes vestuarios ( ganador de un Oscar ) y de una fotografía bellísima, el resultado es una película valiente, que adapta muy libremente el texto de Tolstoi y que tiene una magnífico arranque vibrante y desbocado. Lo peor: su duración, la interpretación de Aaron Jonhson ( conde Bronsky ) bastante por debajo de sus compañeros y lentitud de sus últimos 30 minutos, que no obstante no empañan apenas el resultado final.


http://youtu.be/bom5tvSIzr0






























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