viernes, 2 de febrero de 2018

“ C’est la vie”. Salvemos la boda

Dirección:Enric Toledano y Oliver Nakache
Reparto: Jean Pierre Bacri, Gilles Lellouche, Jean Paul Rouve.


  Las películas sobre bodas son un estupendo subgénero cinematográfico que ha dado lugar a jugosas comedias desde filmes clásicos como “ El padre de la novia” hasta las más recientes “ Cuatro bodas y un funeral “ o “ La boda de mi mejor amigo” La novedad de la última cinta de los autores de la maravillosa “ Intocable “ es que narra las interiores de una boda desde la trastienda, no del punto de vista de los novios ( o sus amigos ) como es habitual sino del de los trabajadores que cocinan, sirven las mesas, hacen las fotos..


  Max ( enorme Bacri ) es un veterano organizador de bodas al frente de un equipo de profesionales entre los que hay personajes muy variopintos y que conforme avanza el film se hacen entrañables al espectador, como un fotógrafo obsesionado con ligar en la boda y al que ridiculiza su jovencísimo aprendiz, un cantante con ínfulas de divo que se inventa las letras de las canciones en otros idiomas , un camarero antiguo profesor de lengua que se enamora de la persona más importuna en plena boda..lo que al principio parece una boda más en un lujoso “ chateau” ( con un pedante novio encantando de conocerse a sí mismo molestando a todas horas ) en el campo, se va transformando en un aparente desastre que Max y los suyos tratarán de salvar in extremis. 


  Película coral, en la que la amplia galería de variopintos actores que entran y salen de escena con una milímetrica puesta en escena ( toda le larga secuencia de preparación de la boda entre bastidores es un prodigio de ritmo y de rápidos diálogos , que recuerda con su nerviosa cámara siguiendo a Max con ritmo de batería al famoso plano secuencia de “ Birdman” de Iñarritu ) cumplen a la perfección en sus respectivos papeles gracias a los rápidos y divertidos diálogos y la buena química entre los actores sin excepción, entre  los que destaca además de un esforzado Bacri como Max, que sostiene sobre sus hombros una parte importante del peso del film, Lellouche como el cantante de bodas con aires de divo, que demuestra al final tener su corazoncito y Rouve como el fotógrafo ridiculo y trasnochado aficionado a hincharse de canapés .


  Aunque a la película le cuesta arrancar, desde que se va acercando el inicio de la boda, la cinta coge vuelo y conforme se van sucediendo las meteduras de pata, los errores y parece que se acerca el desastre, la película  tiene cada vez más gracia, los personajes están más asentados y el espectador disfruta más de las situaciones que se van presentando.

  Sin ser una película redonda, su falta de pretensiones,  más allá de divertir al público, el magnífico trabajo actoral, el ritmo imprimido por los directores tras su inicio dubitativo y una media hora final más sentimental que llega al corazón del espectador , la convierten en una película muy disfrutable, distraída y por momentos emotiva.

Lo mejor: El trabajo de los actores y la puesta en escena.
Lo peor: Sus primeros 30 minutos.

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