viernes, 28 de diciembre de 2018

(Temporary Backup) “ La balada de Buster Scruggs”

Dirección: Joel y Ethan Coen.
Reparto: Tim Blake Nelson, James Franco, Zoe Kazan, Liam Neeson, Tom Waits, Brendan Gleeson


  Estrenada en noviembre en Netflix, la nueva obra de los siempre interesantes hermanos Coen, supone la recuperación del mejor cine de éstos tras el traspiés que supuso “ Ave Cesar” y su regreso a un género que les encanta y que dio lugar a su magnífica “ Valor de ley “ ( 2010 ) Compuesta por seis historias muy diferentes de argumento, tono, fotografía y duración, la película arranca de un modo muy vigoroso y entretenido con sus cortas dos primeras historias y aunque tiene en su tercera y cuarta historia un cierto bajón de ritmo, su quinta historia ( la mejor y más hermosa ) y su cierre alegórico deja un gran sabor de boca.


  Los directores dejan claro desde el primer momento su intención de hacer un homenaje al género con un maravilloso arranque en el mítico Monument Valley y Y en sus diferentes historias homenajean a distintos enfoques del Western: hay indios que atacan caravanas de colonos , pistoleros que se enfrentan en duelos en medio de la calle , tiroteos en Saloons, viajes en diligencia, buscadores de oro, atracadores de bancos ejecuciones con soda en el centro del pueblo..todo tiene cabida en una película con un bellísima fotografía, una hermosa banda sonora y un ingenioso y en muchos momentos divertido guión.


  La película arranca con un jinete cabalgando mientras va cantando una canción en pleno Monument Valley ( escenario de algunas de las grandes obras de John Ford y de otros grandes westerns como “ Hasta que llegó su hora “ de Sergio Leone) y rápidamente vemos una sucesión de sorprendentes escenas violentas en las dos primeras historias ambientadas en zonas semidesérticas y con una luminosa fotografía en donde se muestra además el lado más sardónico y de humor negro marca de los Coen, para continuar tras esos primeros minutos trepidantes y violentos que recuerdan al spaguetti western, con dos historias muy lentas y sosegadas. La primera sostenida por un Liam Neeson inmenso sin pronunciar palabra y con ecos de Charles Dickens y la segunda por un irreconocible Tom Waits que irrumpe en un bucólico paisaje en busca de oro, con final sorpresa incluido.


  Tras estas dos historias muy solitarias, sin apenas diálogos, en medio de hermosos paisajes en calma y sin apenas personajes, llega quizá la mejor historia, un relato de una joven que va en una caravana de colonos hacia Oregón, atravesando un territorio indio, en donde las interpretaciones de sus casi desconocidos o actores ( ojo al personaje de James Remar, el malo de “ Límite 48 horas “ ) y su aire de wéstern clásico lo convierten en el episodio más clásico de toda la película .


  El broche final es un corto episodio, con aires de Edgar Allan Poe a bordo de un diligencia ( otro guiño a Ford ) en donde 5 extraños personajes van en una diligencia mientras van charlando entre sí, mientras el entorno se va oscureciendo y volviendo cada vez más fantasmagórico hasta llegar a un tétrico destino. La cinta acaba con una puerta cerrándose,  como ocurre también en “ Centauros del desierto “ . En todas las historias, esta muy presente la obsesión de los Coen por la violencia y la muerte, su pasión por el cine clásico y la literatura , su visión de América y el peso del destino .


  En definitiva, un compendio de todos los registros y señas de identidad de la pareja de directores , con momentos de humor , tragedia, amor, guiños cinefilos y violencia, dando como resultado una de las obras más redonda de sus directores, quizá la mejor en lo que va de siglo.
Lo mejor: Sus hermosas fotografía y bandas sonora.
Lo peor: Los relatos tercero y cuarto son sensibles inferiores al resto de la película , salvándose por el enorme trabajo de Neeson y Waits.

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