Dirección: José Luis Garcí.
Reparto: Alfredo Landa, Miguel Rellán, María Casanova, Manuel Tejada, José Bódalo.
Esta magnífica película es una de esas obras del cine español, que verdaderamente merece ser señalada como un film clave en la evolución de nuestra cinematografía. En primer lugar por retratar maravillosamente el cambio de régimen que vivía la España de fines de los 70 e inicios de los 80 ( cuestión ya retratada por el cineasta en films anteriores como “ Asigantura pendiente “ o “ Las verdes praderas” ) segundo por capturar la época en la que se desarrolla la historia ( sus imágenes desde las alturas retratando emblemáticos lugares de Madrid como la Gran Vía que han sufrido una gran transformación con el paso de los años son muy hermosas ) y sobre todo, por ser una de las primeras películas españolas en mostrar el arquetípico detective privado tantas veces vistos en films clásicos norteamericanos de los años 40 y 50, dedicando por eso Garci el film al novelista Dashiell Hammett, autor de “ El halcón maltés” cuya adaptación al cine, se considera el pistoletazo de salida del cine negro clásico.
Germán Areta ( brutal Landa ) es un ex policía que trabaja como detective privado y al apodan “ piojo “, cuando un hombre acuda a su despacho para que encuentre a su hija desparecida, se verá inmerso en una investigación cada más peligrosa, de la que gente muy poderosa quiere que se aparte ...La influencia de la cinta en todo el cine negro español posterior es indudable, películas como “ No habrá paz para los malvados “ o “ La isla mínima “ entre otras son deudoras de este film y su meritoria secuela.
Landa que ya había trabajado con el director en “ Las verdes praderas”, fue la sorprendente elección para interpretar a un tipo duro, de pocas palabras, lacónico, muy profesional y de mirada escrutadora. El actor bilbaíno encasillado en los años anteriores en películas de baja calidad y de destape, pero con gran éxito de público, realiza una portentosa y concisa interpretación, en donde los gestos, silencios y las miradas dicen más que las palabras. Sólo su intervención en el arranque del film enfrentándose a una pareja de atracadores que sirve de presentación de su personaje en la magnífica escena del bar de carretera y la secuencia final en el restaurante italiano New York ( con guiño a “ El padrino “ ) serían suficientes para Calificar la interpretación del actor de sobresaliente, construyendo un personaje icónico que volvería interpretar en la no menos estupenda secuela dos años más tarde.
Areta es un detective con principios en un mundo sucio, corrupto, en donde los poderosos parecen tener patente de corso y que a pesar de las amenazas y coacciones para que no actúe como él considera correcto, no tira la toalla poniendo su vida y su entorno en peligro. Landa hace una interpretación prodigiosa no solo como tipo duro, sino en las escenas con su novia y la hija de ésta, en donde el personaje de Areta se transforma en un tipo cálido, cariñoso y protector, cuando los tipos a los que investiga atacan a lo que más quiere, el personaje cruzará la línea entre ser detective y un vengativo ejecutor. Gracias al éxito de estas dos películas, el actor saldría de su encasillamiento con el “landismo” e interpretaría grandes películas de los 80 como “El bosque animado”, “ La vaquilla” o “Los santos inocentes”.
Garci realizó un film muy deudor de las grandes películas de los años 40 y 50 tan admiradas por el cineasta. Su ritmo pausado y a veces contemplativo, su puesta en escena clásica ( con la cámara moviéndose lo justo, con abundantes primeros planos ) su banda sonora, así como la construcción de los personajes ( hasta los más secundarios como el del amigo peluquero o “ el abuelo” son una joya ) y las interpretaciones de todos los actores, remiten irremediablemente a obras como “El Halcón maltés “ o “El sueño eterno”. La película se recrea en momentos muy costumbristas, que vistos con los ojos de hoy son hasta entrañables, como partidas de mus, las conversaciones sobre boxeo, los billares, los bares y las cafeterías de barrio..por donde transitan los personajes.
La película es un film moral. Areta es un hombre solitario, de aspecto incluso triste, inmerso en un trabajo que le obliga a mezclarse con lo más sórdido de la sociedad. Su ilusión es su relación con Carmen, una madre soltera y su hija pequeña Mayte, los ratos que pasa con ellas son los mejor de su vida, con éstas se transforma y ve otro lado de la vida. El detective es un hombre con principios y muy concienzudo en su trabajo, si huele una pista, no la suelta a pesar de los peligros y no acepta que los poderosos se salgan con la suya y quieran apártale como a un mosca molesta. Por eso la parte final en una navideña y fría Nueva York, con planos bellísimos del puente de Brooklyn y otros lugares muy cinéfilos de la ciudad, es mi favorita del film, cuando sale el Areta más visceral y emocional en el fondo, aunque no pierde las formas de tipo frío, pausado y que no pierde las formas hasta para planear una venganza llena de riesgos.
Lo mejor: Un enorme Landa, su puesta en escena sobria y precisa, su arranque y su media hora final.
Lo peor: Los prejuicios que algunos espectadores puedan tener por ser un film español.
No hay comentarios:
Publicar un comentario