domingo, 21 de marzo de 2021

Joyas del cine español ( 3 ) : “ A sangre fría “ ( 1959 )



Dirección: Juan Bosch.
Reparto: Carlos Larrañaga, Arturo Fernández, Gisia Paradis.
 Toda una rareza en el cine español de la época, que homenajea al cine negro americano con guiños muy evidentes a “ La jungla del asfalto” y “ Atraco perfecto “ ( “ Reservoir dogs” de Tarantino también va en esa línea ) . Larrañaga interpreta a un joven ambicioso que para cambiar su gris vida, planea un atraco en la antigua fábrica textil en la que trabajaba, contactando con una banda de atracadores liderada por un desconfiado delincuente ( Fernández)Las complicaciones empezarán cuando toque repartirse el botín..



  Bosch acredita una concisión a la hora de narrar muy difícil de lograr, en especial en su primera parte hasta llegar a la secuencia del atraco, nada sobra en sus planos y diálogos y el director cuenta la historia con un ágil ritmo, yendo al grano y haciendo avanzar con mucha fluidez la historia. El director logra una película eficaz, con algunos hallazgos visuales innovadores como el asesinato con un arma con cámara subjetiva o el momento en que Paradis apunta con una pistola reflejándose en el espejo. Larrañaga y Fernández interpretan de modo muy convincente y con gran solvencia curiosamente personajes muy alejados de lo habitual en sus papeles de galanes habituales en su carrera, siendo sus papeles la de dos tipos ambiciosos, sin demasiados escrúpulos, egoístas y traicioneros.



 La película presenta numerosos elementos habituales en el cine negro: la mujer fatal que trata de manipular a los personajes masculinos, la amistad traicionada, la ambición y la avaricia que lleva a los personajes al desastre, la violencia, los personajes que buscan con un golpe perfecto salir de la miseria, una banda sonora con aires de jazz..todo ello con la peculiaridad de ser una película española de los 50 ( en pleno franquismo por tanto ) adaptando las claves del género a la realidad española de la época, siendo una obra muy realista y muy seca y cruda por momentos. No falta algo de crítica social en el retrato del entorno del personaje de Larrañaga y elementos costumbristas como la conversación sobre la quiniela de fútbol.



Lo mejor: Su milimétrica y precisa puesta en escena y su ritmo que no decae en ningún momento.
Lo peor: Sus giros finales de guion son previsibles, aunque visualmente están muy bien ejecutados y una banda sonora que su recta final se hace repetitiva.




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