Con el cine en los talones: Joyas a descubrir ( 1 ) “ Buenos días tristeza “ ( 1958 )

Disponible en Filmin.

Dirección: Otto Preminger.

Reparto: Jean Seberg, David Niven, Deborah Kerr, Mylène Demongueot.

Una película bastante adelantada para su época que adaptó una célebre novela de Françoise Sagan y que contó con un magnífico reparto para contar con un tono en apariencia ligero, una dura historia de celos que encumbró a su protagonista junto con su personaje en “ Al final de la escapada “ ( con el que tiene bastantes paralelismos) como representante de un nuevo tipo de mujer desinhibida y libre muy típico del cine europeo de los 60.

Cécile ( Seberg ) una bella joven de 17 años, vive junto a Raymond, su maduro padre viudo ( Niven ) una lujosa, frívola y vacía vida de fiestas, copas y ausencia de preocupaciones. Raymond es alérgico al compromiso y coquetea con todas las mujeres a su paso, buscando siempre chicas jóvenes y guapas. Con una de ellas llamada Elsa ( Demongueot ) viajan a una coqueta casa en el campo en plena Riviera francesa. Cuando aparece invitada por su padre, una mujer madura y más centrada ( Kerr ) la plácida y despreocupada existencia de la malcriada Cécile se pone en riesgo y ésta hará lo que sea para alejarla de él…

Otto Preminger fue uno los

miembros más destacados de esa legión de realizadores europeos ( alemanes y austriacos en su mayoría ) que llegaron a Hollywood en la década de los 30 huyendo del nazismo. Grandes talentos de la talla de Ernest Lubitsch, Fritz Lang, Billy Wilder, Fred Zinneman, Jean Renoir o Robert Siodmak cambiaran con su estilo personal el cine americano de los 30 a los 60 en todo tipo de géneros ( sobre todo el cine negro, comedia y drama ) En 1958 ya había dirigido grandes films como “ Laura “ , “ El hombre del brazo de oro” o “ Carmen Jones “ y aún dirigiría después obras de la talla de “ Anatomía de un asesinato “ Éxodo”, “ El cardenal “ o “ Tempestad sobre Washington”

Preminger volvió a contar con la joven Jean Seberg tras su colaboración en “ Juana de Arco “ ( 1957 ) La belleza felina de la actriz, su innovador y rompedor peinado a lo “garçon “ y carisma hicieron que su interpretación eclipse al resto del reparto. La actriz tendría una desgraciada vida personal que acabó en un suicidio en extrañas circunstancias a los 41 años y borda su personaje de joven consentida y fiestera con un lado maquiavélico que aparece en la recta final de la película. La extraña relación que mantiene con su padre al que sólo quiere para ella, no está exenta de lecturas incestuosas aunque sea de un modo platónico.

A su lado David Niven en su momento de mayor popularidad tras “ La vuelta al mundo en 80 días “ interpreta como en otros films un personaje de galán ( en la vida real parece ser que era un obsesivo seductor ) y bon vivant, aunque con un lado oscuro que no había mostrado en otros filmes. Ese mismo año, de nuevo junto a Deborah Kerr lograría el Oscar por su papel en “ Mesas separadas” .

Aunque no se encuentre entre las mejores obras de su director, la película es un drama modélico, que desborda sensualidad y que es de esas cintas que logra captar el espíritu de la época en que fue realizada, una Europa que ha superado la posguerra y se acerca a a la utópica década de los 60, en el que moral era más relajada, la juventud es más rebelde y hedonista. Cécile es en apariencia feliz y su vida son fiestas, alcohol y playa, pero en el fondo se encuentra vacía y sin aspiraciones más allá del día siguiente. Por eso en la decisión artística de Preminger de contar el presente de los personajes en blanco y negro y los flashbacks más felices en color es un acertado contraste y define muy bien su estado de ánimo.