martes, 14 de abril de 2020

50 películas que hay que ver antes de morir ( 27):” Psicosis “ ( 1960 )



Dirección: Alfred Hitchcock.
Reparto : Anthony Perkins, Vera Miles, Janet Leigh, John Gavin.
  Una de las películas más influyentes de la historia  del cine de terror , que daría  lugar a un nuevo subgénero cinematográfico: el de las películas de “psycho killers” que desde los 70 ( “ La matanza de Texas” , “ Halloween “ , “ Viernes 13 “ ) dio lugar a muchas franquicias de gran éxito entre el público joven. El film  supuso en su día un gran impacto por su violencia y por lo atrevido de algunos elementos muy novedosos para el cine de la época.
  El film fue un fenómeno entre el público de entonces que hizo largas colas para verla y aunque inicialmente la crítica la recibió dividida, pronto se rendiría a la película y el gran éxito de taquilla  ( fue la película las taquillera de su carrera ) hizo millonario a su director.



   Una de las innovaciones del film fue su sorprendente argumento : si en sus primeros minutos la película parece  girar  sobre una mujer ( Janet Leigh ) que le sustrae dinero a su jefe y huye de la ciudad con él, siendo cómplice el espectador de su huida y desaseando cuando la para un policía que no la descubran, Hitchcock sacude al espectador cuando tras su encuentro en un motel con un joven de aspecto angelical ( A. Hopkins) la joven es brutalmente asesinada en la ducha  por una mujer . El director mataba así a la estrella de la película en el primer tercio de la acción dando un giro insospechado y brutal la trama con el asesinato de esta. Cuando parecía que la responsable de la muerte era una mujer ( la madre de Norman )  el director nos sorprende aún más si cabe cuando descubrimos que en realidad es el bondadoso Norman ( que guarda el cadáver de su madre en el sótano  ) el asesino y se hace pasar por ella fruto de una enfermedad mental cometiendo los crímenes sin luego acordarse de que él mismo ha sido el ejecutor disfrazado con la ropa de su madre. Como le confesó a Truffaut en el gran libro de entrevistas con el director, los gustos del público habían cambiado y el cineasta le ofreció una obra nueva como nunca antes de había visto.



  Basada en una novela de Robert Bloch de la que Hitchcock compró  todos los ejemplares para evitar que el público conociera el final del película. El director  ordenó impedir al público que entrase en las salas una vez iniciada la proyección y el origen de la historia se inspiró en los crímenes cometidos en los años 50 por Ed Gein ( que también inspiraron “ El silencio de los corderos “ ) al que la temprana muerte de su madre le obsesionó y condicionó su posterior conducta criminal . El film fue muy adelantado a su tiempo. La sexualidad que desprendía la película ( Janet Leigh aparece en sujetador  - blanco puro cuando está con su novio  y negro tras su fuga-  ) y desnuda de modo fugaz en la ducha ( aunque en algunos planos era una doble ) o la violencia descarnada de la muerte de Leigh ( que hizo que ducharse nunca volviese a ser lo mismo o del detective cayendo por las escaleras  interpretado por Martin Balsam ) eran muy atrevidas y realistas e impactaron al publico. Rodada con bajo presupuesto , en blanco y negro , con un aire a film de serie B, la película supuso una ruptura en la filmografía del director que acababa de dirigir su thriller “ Con la muerte en los talones” ( en color, estrellas en el reparto, con muchos escenarios y amplio presupuesto ) que buscó hacer un film más sucio ( fue por ejemplo  la primera película de la historia en mostrar un primer plano de un vater ) y turbio ( el proceso de creación del film está muy bien retratado en “ Hitchcock “ con Anthony Perkins ) En la
mítica escena de la ducha de tan solo 3 minutos con 78 tomas y 52 fragmentos de celuloide , el cineasta acreditó su virtuosismo y afán por experimentar e innovar con un electrizante montaje de influencia sovietica aderezada por la cortante música con cuerdas de violín del gran Bernard Herman.

  El cineasta recuperó a Vera Miles ( una de las actrices favoritas de John Ford ) tras “ Falso culpable” y fichó a uno de los galanes de la época ( John Gavin ) Pero la gran apuesta fue  Anthony Perkins, que aunque tenía varias películas en su haber, era un actor poco conocido. Su magnífica interpretación ( su mirada en el último plano de la película es escalofriante) conjugando su aspecto bondadoso de chico bueno, pero castrado por la influencia de su madre, con su perturbación mental, marcaría no obstante el resto de su carrera llena de personajes desequilibrados e incluso su vida personal.




  Lo mejor: Su tétrica e inquietante ambientación , un guión lleno de sorpresas y  la capacidad como era habitual en el director de manipular al espectador y mantenerlo pegado a la butaca.
  Lo peor: No dejarse llevar.

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