lunes, 6 de abril de 2020

50 películas que hay que ver antes de morir ( 18 ) “ Senderos de gloria “ ( 1957 )



Dirección: Stanley Kubrick.
Reparto : Kirk Douglas, George McReady, Adolph Menjou, Ralph Meeker.




 Basada en hechos reales acaecidos en plena batalla de Verdun en 1916, la película es considerada el film anti belicista por antonomasia. De hecho estuvo prohibida en España hasta los 80 y en Francia hasta los 70.
  En pleno frente durante la Primera Guerra Mundial, el Alto Mando Francés ordena tomar una posición alemana conocida como “ El hormiguero” a pesar de saber que es imposible y que los soldados van directos al matadero. Cuando la operación fracasa inevitablemente, el general al mando ( Macready ) tras ordenar bombardear a sus propios hombres y negarse sus oficiales, decide de modo cobarde tapar su fracaso ordenando un consejo de guerra por cobardía contra tres soldados elegidos al azar. El coronel Dax ( Douglas ) tratará de defenderlos en el juicio.



  Kubrick retrata con desprecio a Los Altos oficiales del ejército francés acomodados en chateaus durante la campaña, mientras sus soldados se hacinan en condiciones infrahumanas en sucias trincheras esperando como un rebaño una muerte segura. La primera escena es escalofriante, en ella dos generales planean una suicida operación militar en la que parece únicamente importarles las medallas a conseguir . Minutos después el general ( McReady - el no menos detestable malo de “ Gilda “ - ) calcula con sus oficiales las bajas seguras de una operación militar que sabe que es imposible de un modo estadístico, fría y deshumanizado. Ese desprecio a la vida de los soldados es impresionante en las dos ultimas escenas entre Douglas y su superior ( Menjou ) durante baile de oficiales y cuando éste desayuna despreocupadamente a pesar de lo sucedido a los soldados acusados de cobardía, hablando de lo bien que mueren los soldados. En otro momento el general Broulard ( al que inicialmente el personaje de Douglas le tiene respeto y confía en él ) dice que sólo se sabe si una orden es imposible al ver los cadáveres de los que la obedecen en las trincheras.



 El director que contaba sólo 28 años, dirigió su primera película con un presupuesto alto y contando con una estrella en el reparto. Kirk Douglas apostó por él tras ver “ Atraco perfecto “ y lo volvería a llamar tras despedir a Anthony Mann durante el rodaje de “ Espartaco” y gracias al actor, se pudo rodar este film tan incómodo. Kubrick demostraría su talento visual en escenas impresionantes como el de la batalla para conquistar “ El hormiguero” con una manera de filmar muy realista e innovadora con cámara al hombro, los travellings mostrando las trincheras antes de la batalla o en la terrible escena del fusilamiento con travelings  laterales y frontales muy expresivos y precisos.  


  En su día la película provocó protestas en Bélgica cuando se estrenó y se prohibió en otros países, pero Kubrick negó que un fuese un film contra el ejército sino contra la guerra. De hecho se retrata con humanidad y hasta con cariño a los soldados ( la escena final de los soldados cantando unidos es muy indicativo de las intenciones del director ) Lo que se crítica son  los comportamientos despóticos de los que dirigen las guerras con intenciones ( como les ocurre a los generales del film) buscando su promoción personal por encima de las  vidas de sus hombres.




 Kirk Douglas que acababa de interpretar a Van Gogh en “ El loco del pelo rojo” ( 1956 ) se hallaba en el mejor momento de su carrera y ofreció una de sus mejores interpretaciones. Frente a la falta de empatía de sus superiores hacia la tropa, él es un oficial preocupado por sus hombres, que lucha por salvar su vida del pelotón de fusilamiento, jurista antes de la guerra, ve injusto el trato hacia los soldados. Es un idealista como le dice a modo de insulto el general Broulard ( Menjou ) en un brutal diálogo con éste cuando el general ante la humanidad y principios que manifiesta Dax le dice “es usted un idealista me da lástima” y Dax anonadado por la inhumanidad de éste le dice “ ¿ qué ha hecho mal ? como no conoce la respuesta a esa pregunta me da lástima..”.  Es un tipo íntegro que no acepta ascensos para medrar a costa de los demás , lo cual sorprende a Broulard, que confunde integridad y moralidad con ser un blando y un idealista en el mal sentido de la palabra. 


Aunque el malvado de la función parece Mireau ( McReady) un tipo estirado, altivo, capaz de ordenar bombardear a sus propias tropas por no obedecer y mandar a la muerte a sus soldados para tapar su incompetencia y  que se vanagloria de lo maravillosamente que han muerto sus soldados, es en realidad el personaje interpretado magistralmente por Menjou el gran villano de la película capaz de irse a un baile de oficiales mientras tres soldados esperan ser fusilados  y que despliega una falta de humanidad y sensibilidad hacia sus soldados y oficiales que deja al espectador anonadado por su crueldad y al que solo le preocupa que la prensa o los políticos descubran sus errores.



  Como jurista me llama la atención la pantomima de juicio sin garantías que sufren los tres acusados cuyo abogado ( el coronel Dax ) no puede ni presentar testigos ni aportar ningún tipo de documentación para apoyar su defensa, estando ya decidido el resultado si necesidad del teatro en qué se convierte el mal llamado juicio. El alegato final de Dax diciendo que se avergüenza de la condición humana y apelando a la conciencia del tribunal es una de las mejores escenas del subgénero de cine de juicios que se han visto. El modo con un gran plano general en el que se muestra la gran sala del juicio y que muestra a los soldados minúsculos, es escalofriante.



  La escena final de la canción en la cantina ( la actriz que la protagoniza se casaría con el director ) no estaba inicialmente prevista en el guion y supone un canto de esperanza sobre la naturaleza humana después de todo lo que espectador ha visto con desagrado y un cierto asco a lo largo de la película. Ahí Kubrick lanza la moraleja de que son los soldados los más  humanos y dignos  frente a los oficiales fríos y despreciables como Mireau y Broulard. Imposible no emocionarse con el montaje realizado por director, mostrando los rostros de cada soldado emocionados y llorosos  mientras cantan todos juntos una canción.



  Lo mejor : La puesta en escena del director, el gran trabajo de Douglas y Menjou, un guión conciso y emocionante. 
  Lo peor: Que los hechos que cuenta la película se produjeron en realidad.



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