jueves, 30 de abril de 2020

50 películas que hay que ver antes de morir ( 41 ) “ Camino a la perdición “ ( 2002 )



Dirección : Sam Mendes.
Reparto: Tom Hanks, Tyler Hoechlin, Paul Newman, Jude Law, Daniel Craig, Stanley Tucci, Jennifer Jason Leigh.

  La mejor película de gangsters del siglo XXI junto a “ El irlandés “. Última película de un mito de la altura  de Paul Newman, la película presenta el reverso oscuro del habitualmente bondadoso Tom Hanks y confirmó tras “ American beauty “ a Sam Mendes como uno de los más grandes realizadores de las últimas dos décadas. Esta tragedia de ecos shakespianos es la mejor muestra de ello.




 Contada por un ya mayor Michael Sullivan Jr ( Hoechlin ) el argumento gira en torno al padre de éste ( Hanks ) un sicario de la familia criminal irlandesa Rooney liderada por el anciano John Rooney ( Newman ) que desde niño ha tratado a Michael como a un hijo. Su primogénito natural es el descontrolado hijo Connor ( Craig ) en una relación que recuerda a la de Vito Corleone y su díscolo hijo Sonny en “ El Padrino”. Cuando Connor mate a un colaborador de la familia ( Cieran Hinds ) y el hijo de Michael sea testigo, el viejo Rooney se verá obligado a elegir trágicamente entre defender a su ambicioso hijo natural o su querido Michael...



  El director aborda temas como la familia , la lealtad, el honor, la venganza, la redención, la fuerza de la sangre, el peso del destino o el cumplimiento del deber, pero  sobre todo es una película de padres e hijos ( John Rooney y sus dos “hijos “ a Connor y Michael y sobre todo de Michael y su hijo ) . El viaje de seis semanas que Sullivan y su hijo emprenderán en coche a modo de road movie, supondrá un descubrimiento mutuo, ambos se conocerán y entenderán mejor y su hijo aprenderá a querer a su padre a pesar de sus violentas acciones. El adolescente deberá convertirse en adulto a marchas forzadas para sobrevivir e incluso para salvar la vida de su padre. Por ello la voz en off de Michael Jr cierra la película diciendo estas hermosas palabras: “ algunos dicen que Michael Sullivan era una buena persona otros, que no había ni un ápice de bondad en él y cuando me preguntan yo les digo...era mi padre” A pesar de su sangriento final que pone a prueba a su hijo , Michael logra que éste no caiga en el uso de la violencia,
que no acabe convirtiéndose en alguien como él, como el personaje de Hanks teme toda la película. Pocas películas de la historia del cine han contado una relación padre e hijo tan conmovedora como esta película. Por su parte el patriarca Ronney vivirá atormentado sus últimos días de vida por el conflicto entre ayudar a su auténtico hijo o traicionar al hijo que realmente ama, debe mandar matar a uno de ellos y sólo de él depende la trágica decisión. Todos los servicios prestados y la fidelidad perruna de Michael no le servirán de nada frente a los lazos de sangre. Es tremenda la frase de Newman cuando dice : “ ninguno de nosotros verá el cielo” , consciente como dice que “ somos lo que somos” y a pesar de su religiosidad de que sus crímenes en la tierra los pagarán él y todo el clan en la vida eterna.





  El plato fuerte del film es su espectacular reparto y la calidad de sus interpretaciones. Newman da humanidad y vulnerabilidad a un personaje siniestro ( la mirada del actor en la escena en que Newman entrega la moneda a Michael Jr es sobrecogedora ) logrando no obstante empatizar con el espectador y que su atormentado dilema traspase la pantalla. Hanks el James Stewart del cine americano actual, se aleja de sus personajes habituales y consigue que Sullivan a pesar de ser un matón de la mafia conecte con el público, gracias a la humanidad y vulnerabilidad que da a su personaje. Sullivan sufrirá una doble tradición la de su “ hermano “ Connor al que su ambición y egoísmo lleva a los crímenes más abyectos , y a pesar del idílicos inicio familiar en que Rooney y Sullivan tocan juntos en un animado velatorio ( esa reunión familiar al inicio es un guiño a “ El Padrino “ ) ante la mirada complacida de Connor , tanto el patriarca como su desequilibrado heredero le darán un puñalada por la espalda. Obviando cínicamente la tragedia familiar que ha sufrido, todos esperan que Sullivan agache la cabeza y muestre respeto como le dice el tenebroso mafioso Frank Nitti ( Tucci ) lugarteniente de Al Capone en un diálogo con éste, estará solo frente a su antigua poderosa familia y sus aliados pero no durará en proteger a su familia cueste lo que cueste...




 El resto del reparto no es menos espectacular: Jennifer Jason Leight en una breve aparición como la esposa de Suulivan, un despiadado Stanley Tucci como Frank Nitti y sobre todo los dos asesinos psicópatas y sin escrúpulos interpretados por los británicos Judit Law ( alejándose de los papeles de guaperas que interpretaba en esa época y Daniel Craig, Al que el propio Méndez dirigiría en dos brillantes entregas de la serie Bond.




 Mendes, director británico procedente del medio teatral había triunfado de moda espectacular con su debut en “American beauty” y tras esta incursión en el cine negro, dirigió el reencuentro entre Di Caprio y Kate Winslet en “ Revolutionary road “ , dos de las mejores cintas Bond de la historia  ( “Skyfall” y “ Spectre” ) que revitalizaron la saga para el
SIglo XXI y la aplaudidísima “ 1917” Con menos de 40 años Mendes dirigió con magnífico pulso un film que en manos de otro cineasta menos dotado hubiera dado una cinta sangrienta y efecticista( aunque el director muestra la violencia, sin embargo  de modo elegante y casi pudoroso, no vemos las dos muertes más trágicas, sino que Mendes las insinúa sin mostrarlas de modo directo ) El director contó con un equipo sobresaliente: El guionista David Self se basó en un cómic, potenciando acertadamente  el conflicto familiar frente a la acción, su preciosista y clásica fotografía corrió a cargo Conrad Hall ( premiada con el Oscar )y es todo un prodigio del uso de la luz ( véase el luminoso final en la play en en contraste las tenebrosas escenas de lluvia ) y la emotiva banda sonora la firma el 13 veces nominado al Oscar Thomas Newman.




  Donde las virtudes de la película y la maestría de Mendes más se ponen de manifiesto es en su trágico final: la escena de la vengativa ejecución bajo la lluvia es magistral, desde de fotografía e iluminación, pasando por el uso del sonido con un último, su inteligente puesta en escena en donde vemos a los pistoleros caer uno a uno sin ver quién ni desde donde les dispara hasta el duro e intenso que que breve duelo interpretación de Newman y Hanks, en la se captan muy bien los sentimientos encontrados de ambos, con una lapidaría frase de Rooney : “ me alegro que seas tú “.  



 
Lo mejor: El gran trabajo de Hanks y Newman, su portentosa fotografía y su melancólica banda sonora.

Lo peor: Que su sangrientamente final no guste a todo el público.




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