miércoles, 29 de abril de 2020

50 películas que hay que ver antes de morir ( 40 ) “ Centauros del desierto “ ( 1956 )



Dirección: John Ford.
Reparto: John Wayne, Jeffrey Hunter, Vera Miles, Natalie Wood, Ward Bond.

  Junto a “ El hombre tranquilo” la mejor película del maestro John Ford. Polémica dentro de la filmografía del director al ser tachada de violenta y racista ( una acusación muy injusta si tenemos en cuenta que Ford filmó dos alegatos antirracistas en “ El sargento negro y “ El último combate” ) y por la caracterización del personaje interpretado por Wayne, que interpretó uno de sus personajes más oscuros y sombríos. Aunque su segunda mitad es más irregular, sus primeros 45 minutos y su final con el reencuentro con Debbie son magistrales.




 La película arranca con un plano en el que vemos a una mujer de espaldas saliendo de un casa hacia el exterior, se acerca un jinete ( John Wayne ) llamado Ethan, que con ese plano nos dice Ford que es un forastero que viene de fuera.  Ethan  ( del que nunca conocemos su historia ) ha vuelto de la guerra a visitar a su hermano, su cuñada y las hijas de ambos. Ford nos muestra de modo sutil y elegante como Ethan y su cuñada Martha se aman cuando vemos como ella acaricia tiernamente su ropa y como ella cierra los ojos al besarla él, viendo ese momento furtivo con cara de circunstancias el reverendo interpretado por Ward Bond. Cuando poco después y en ausencia de Ethan los Comanches matan a sus familiares y se llevan a su pequeña sobrina Debbie ( Lana Wood de niña y su hermana Natalie Wood de joven ) Ethan iniciará primero en grupo y luego solo junto al joven mestizo Martin (  Hunter ) la una búsqueda de la niña cada vez a más obsesiva y enfermiza .




  “ Centauros del desierto “ es sin duda un western atípico en la carrera de Ford. Tras su alabada trilogía de la caballería ( “ Fort Apache”, “ La legión invencible “ y “ Río grande “ ) y “ Cuna de héroes “ ambientada en West Point, en el que se alaban los valores castrenses como camareria, honor, sacrificio, la familia o la lealtad, en esta película es Ethan ( que ciertamente procede del ejército) y la odisea que emprende ( el título en inglés traducido sería “ Los buscadores” ) el eje de la acción. Ethan no es un personaje heroico como otros protagonistas del cine de su director, es un antihéroe racista y violento, es un perdedor que sabemos luchó en el bando confederado en la guerra y luego a favor de Maximiliano en Méjico ( otra guerra perdida ) se ha convertido por ello es un tipo desarraigado y solitario cuyo hábitat natural es ser errante y no vivir en sociedad ( de ahí su final en el que se nos muestra a Ethan desde fuera de la casa y la puerta se cierra dejándolo fuera, cerrando el círculo con el plano inicial inverso- la cámara sale de dentro a fuera y le vemos venir desde lejos - ) Acabada su misión cuasi militar de búsqueda, de nuevo se marcha errante..



  Wayne mejor actor de lo que tradicionalmente se le ha considerado ( baste recordar sus papeles en “Río rojo”, “ El hombre tranquilo “ O “ El hombre que mató a Liverty Valance “ ) logra una excelente  interpretación, haciendo que su personaje antipático y racista (  llega a disparar a los ojos de un indio muerto porque así no podrá según sus creencias entrar en las praderas del espíritu- lo que denuesta en realidad que conoce e incluso respeta sus creencias-  y trata de matar a su propia sobrina convertida en India ) llega no obstante a conectar con el espectador ( probablemente por estar acostumbrado a verle en personajes más heroicos  ) sobre todo al final. Como en otras cintas el director de “ El delator” enseña con una maravillosa  fotografía su adorado  Monument Valley y cuenta con el gran Max Steiner para su magnífica banda sonora. Junto a Wayne, destacan los fordianos Ward Bond y Vera Miles y una casi adolescente Natalie Wood, cuyo encuentro final con Wayne ( que inicialmente la rechaza y al final la coge en brazos, fundiéndose ambos en un abrazo ) y Hunter es emocionante y hermoso.



 
Lo mejor: El gran trabajo de Wayne, sus magistrales primeros 45 minutos, su bellísima fotografía y su desenlace.
Lo peor: Su tramo final menos inspirado y sus injustas acusaciones de racismo.










No hay comentarios:

Publicar un comentario